¿Qué está pasando en Nicaragua?

El 18 de abril, en Managua, la capital de Nicaragua, estallaron las protestas entre la población y el gobierno, que hasta la fecha todavía no ven una salida y que han causado decenas de muertes en los enfrentamientos.

Actualmente, la situación política está pendiendo de un hilo. Pero intentemos comprender lo que ha sucedido en los últimos meses.

Las protestas comenzaron con la entrada en vigor de la reforma del sistema de pensiones, deseada por el gobierno y que preveía un impuesto del 5% sobre las pensiones y un aumento de las contribuciones para los trabajadores y los empresarios.

Aunque todo comenzó en la capital, las protestas se extendieron rápidamente a otras ciudades.

A pesar de que la reforma se retiró al cabo de 3 días, las protestas y manifestaciones que comenzaron en abril, lideradas principalmente por estudiantes, continúan y parecen no tener fin.

SITUACIÓN NICARAGUA

El gobierno de Ortega, que parecía estable con más del 70% de los votos, se ha encontrado de bruces con el poder de una red de ONG y medios “independientes” que han sido y son financiados por proyectos estadounidenses y que durante años han preparado a jóvenes estudiantes universitarios para una ofensiva sin precedentes.

Según la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos (Anpdh), la represión habría matado a 309 personas entre el 18 de abril y el 2 de julio. El Centro de Derechos Humanos de Nicaragua (Cenidh) reportó 220 muertos y 1,500 heridos. El 3 de julio, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos inició una investigación sobre la violencia.

Por tanto, la retirada del decreto en cuestión no hizo mejorar la situación de inestabilidad y ahora las protestas callejeras tienen como objetivo el final de la presidencia de Ortega. La situación está bloqueada aunque se ha iniciado un diálogo tímido gracias al interés de la Iglesia.

Ortega, que regresó al poder por segunda vez en 2007, puede verse obligado a irse bajo presión internacional, especialmente Estados Unidos, su primer socio comercial. La situación económica se ha degradado cada vez más desde mediados de abril y el banco central ha reducido las estimaciones de crecimiento del 4 al 1% para 2018.